Carlos Gardel

Carlos Gardel
Europa, 1932

Bienvenidos al mundo histórico del tango

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domingo, 26 de diciembre de 2010

BASTA DE PAVADAS

Las investigaciones gardelianas difundidas en los últimos tiempos a través de sitios de internet o ediciones de libros, navegan por un océano de alarmante confusión y las barcas vagan a la deriva sin saber a que puerto arribar, ni mucho menos como llegar a su destino. Este caudal de aguas enturbiadas dificulta sobremanera la difusión histórica de la trayectoria o la vida de Carlos Gardel, debido a que la pluma de aventureros de toda índole, incapaces, primitivos, y rufianes de menta se han entrometido en un tema que no conocen.

En la actualidad, cualquier persona que busque destacarse en los medios culturales busca la publicidad del apellido Gardel y ostenta chapa de investigador. Otros más osados -que jamás vieron un libro de teoría historiográfica-, sacan patente de historiadores y no faltan los idiotas que se otorguen las glorias de ser expertos y críticos en la materia, como si ya superados de todos los problemas que estamos tratando de resolver los investigadores en serio -que no somos más de seis-, vienen a darnos cátedra sobre Gardel, Razzano, Bertha, Fortunato Muñiz, Esteban Capot, Anaix Beaux, Armado Defino, Adela Blasco, Edmundo Guibourg, Leguisamo, Maschio, Canaro, y otras personas vinculadas a Gardel, como si supieran de lo que nunca conocieron, porque son nulos sus conocimientos sobre el tango y la cultura argentina.

Desde hace ya cinco o seis años, cuando explotó el fenómeno de internet, se sucedieron una serie de sitios con informaciones y análisis que dejan mucho que desear, como GARDELWEB Y GARDELORIENTAL, donde solo se logra aportar confusión. A las erróneas interpretaciones francesistas se le suman ahora escandalosas internas entre sus miembros, acusaciones mutuas y trabajos de pésima calidad, sea en cuanto a erudición o datos (en varias obras), o sea en lo tocante a la hermenéutica del discurso de los trabajos (en todas sin excepción).

Desde el otro bando, atorrantes de la peor calaña, inventan cada vez más cretinadas con una gama de estupideces que solo despiertan la cólera del que quiere avanzar seriamente en la investigación. Como ya no saben que decir de Bertha buscan vericuetos hacia los costados de la biografía de la madre de Gardel como la señora Ducasse, Capot, Fortunato y Anaix, Defino, etc, para empiojar la cancha que ellos mismos contribuyeron a embarrar. El sitio más destacado del tango a nivel mundial no ayuda para nada a contener la locura. Además de los flojos trabajos (se repite siempre lo que ya todo el mundo sabe, y se le agregan horrores que no se quien autorizó a relucir), abren el juego a un foro de impresentables comentaristas que solo agravian a los verdaderos enemigos de la cosa, sin saberlos combatir con el rigor que se merecen.

En cuanto a ediciones de libros, en el último lustro, todo ha sido en vano. De obras voluminosas o pequeñas, publicaciones de grandes editoriales, o de conocidas casas de libros que sacan cada vez peores trabajos sobre la cultura argentina o de ediciones personales, TODO DA VERGÜENZA AJENA. Personas que jamás han conocido la obra de Gardel y que no son capaces de diferenciar un tango de un vals, son aplaudidos y comercialmente triunfadores. Coleccionistas (seudo coleccionistas, mejor dicho) de conocimiento público han hecho destrozos con algunos trabajos en materia de interpretación y sobre todo de conceptualización. El infantilismo que rodea la publicación de algunos trabajos específicos es francamente lamentable y pone en tela de juicio la capacidad intelectual de sus autores. Los párrafos que se leen despiertan iracundia porque no se conciben tratamientos tan burdos e ignorantes en materia gardeliana. Los menos malos de todos los investigadores presumiblemente gardelianos (que de por sí son malísimos), son dogmáticos y literales. Las obras que se dan por buenas en la asignatura, son precisamente las peores porque han recopilado y dibujado datos sin hilvanar una sola idea explicativa ni una sola interpretación explicatoria, además de pifiar en cientos de datos que se dan por buenos.

Sinceramente estoy harto de tantos chantas. No es de extrañar que en este país que pasó de tener una cultura susceptible de forjar a un poeta y cineasta como Homero Manzi o a un periodista, escritor y filósofo como Jorge Luis Borges, y haya pasado a endiosar ahora a la Mole Molly y a Tinelli, se pase en el tango del talento de un Dante Linyera, a todos estos mercenarios, alcahuetes, figuretis, politiqueros, y tarados que pululan hoy dia, básicamente por sitios de internet.

Les puedo aconsejar dos cosas: una que vean de que manera se debe trabajar. Para eso soliciten el libro “Yrigoyen y el tango” que he publicado recientemente con Mario Valdéz o lean nuestra página wwww.investigaciontango.com; la otra, que se dejen de escribir bobadas y se dediquen a escuchar a Gardel que mal no les vendría, ya que muchos de esos “expertos” (sic) no han conocido el repertorio del magnánimo cantor.

Por último, les pido un favor casi como suplicante: NO ESCRIBAN MÁS SOBRE GARDEL. CIERREN LA BOCA. VAYANSE BIEN A ESOS LUGARES DONDE PUEDAN REFLEXIONAR ACERCA DE OTRA COSA QUE NO SEA GARDEL O EL TANGO. PRECISO TRABAJAR SERIAMENTE CON MIS MÁS INMEDIATOS COLABORADORES, TENGO POCO TIEMPO Y SI TENGO QUE DETENERME A EXPLICAR CADA MENTIRA DEL URUGUAYISMO (Y EL PORQUE DE CADA MENTIRA Y EL PORQUE DEL PORQUE SE ELIGE ESA MENTIRA Y NO OTRA), Y TENGO ENCIMA QUE LIDIAR CON TODOS AQUELLOS FRANCESISTAS QUE NO DEJAN MACANA POR HACER, LA LABOR MÁS FECUNDA POR REALIZAR QUE ES EL TRATADO GARDELIANO EN DOCE TOMOS, SERÁ IMPOSIBLE.

Alguna vez el máximo, Bruno Cespi, me enseñó dos maneras de enfrentar a estos imbéciles: por un lado con indiferencia, para negarles entidad, a tipos que jamás vieron un disco original, foto o partitura y nos vienen a bajar línea indecorosamente; pero esto generaba que el espacio fuera copado por gente basura, verseros que meten camelo a más no poder: “miente, miente, que algo quedará”. La otra manera de evadirlos era la de decirle en la cara lo que son: unos tremendos atorrantes. Hoy les declaro la guerra a esos farsantes. BASTA muchachos y muchachas. El tango les queda grande y a Gardel no pueden llegar nunca.

Con mi más profundo desprecio,
Pablo Taboada

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